Cuenta la historia que la araña o Wale’ Kerü fue quién le enseñó a tejer a la mujer Wayuú.
Era una araña tejedora que cuando amanecía ya tenía hechas fajas y chinchorros, hacía siempre sus dibujos antes de la primavera. El pueblo wayuu encantado con sus creaciones decidieron preguntarle cómo las había hecho y esta decidió contarle solo a una de las mujeres.
Enseñaba a las jóvenes que permanecían en el encierro, les pedía mucha atención, les prohibía mirar hacia los lados y distraerse, pues ella no podía estar enseñando para siempre, su atención era tan fuerte que un día al notar que los Wayuú no lograban definir las formas y dibujos de sus tejidos comenzó a hacer un caminito con cada dibujo y así, el pueblo inició su práctica en lo que hoy en dia es su principal fuente de ingreso.